Energías renovables, movilidad, nuevas tecnologías y comunicación son palabras que suelen aparecer en la definiciones que se pueden encontrar por por la red. Algunos autores recalcan el papel que tienen las energías renovables en una SmartCity, otros hacen énfasis en el uso compartido de los bienes y algunos destacan la relevancia que van a tener las comunicaciones en este tipo de ciudades. Aun así, no he sido capaz de encontrar ninguna definición igual por mucho que he buscado. El único punto que parecen tener en común todas las definiciones es que una SmartCity es un ciudad sostenible energéticamente.
A diferencia del término SmartCity, la sostenibilidad si que la podemos definir como el equilibrio entre una especie y los recursos de su entorno. Por lo tanto podemos decir que una SmartCity tendrá como objetivo consumir exclusivamente la energía que ella misma pueda generar. Lo que nos lleva a deducir que una ciudad inteligente tendrá la capacidad de generar energía: lo que quiere decir que se abastecerá básicamente de energías renovables.
Evidentemente no es lo mismo alimentar una ciudad con una fuente de energía regular y constante como una central nuclear o térmica, que hacerlo con energía solar o eólica. Mientras las primera pueden proporcionar energía a lo largo de todo el dia y de forma constante, las energías renovables son fluctuantes.
Como en la actualidad no es posible almacenar grandes cantidades de energía, por lo que el consumo eléctrico de un país (por ejemplo) ha de ser siempre igual a la energía que este produce. En España Red Eléctrica es la encargada en España de regular la generación de energía para que esta siempre sea igual al consumo. En el caso que difieran da órdenes a distintas centrales eléctricas (normalmente renovables, al ser las más fluctuantes) para que dejen de producir si hay un exceso de energía, o que se enciendan si hay una falta. Esta es la razón por la que muchas veces vemos generadores eólicos (molinos de viento) parados.
Se utiliza este sistema de regulación de la producción, ya que el consumo de la red depende de demasiados consumidores y es imposible de controlar. Pero imaginemos por un momento que pudiésemos llegar a tener el control de todos los consumos de una misma red eléctrica. Si en vez de regular la generación de la energía pudiéramos a controlar el consumo que se hace de esa energía se podría llegar a solucionar el problema de la fluctuación en las energías renovables.
Es aquí donde entran en juego las nuevas tecnologías y la comunicación. Para poder adaptar la carga a la generación de energía hará falta tener información sobre cada uno de los dispositivos conectados a una red para poder priorizarlos. No estoy hablando de apagar las luces cuando haya una bajada en la generación de energía, puede ser que tan solo cambiando la consigna de temperatura en todos los hogares de una ciudad se pudiera adaptar la carga a la generación. Pero para poder llegar a este nivel de regulación hará falta una red muy potente de comunicaciones y el uso de nuevas tecnologías como la domótica.
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